jueves, 21 de enero de 2010

Sobre emprendimiento

Desde hace unos años que se viene hablando de "emprendimiento", "entrepreneurs", "entusiasmo", "motivación", y otros términos que se han usado y abusado en distintas ocasiones y situaciones.

Por mi experiencia, y puesto que he asistido a innumerables seminarios, convenciones y charlas sobre diversos temas en que se trata el cómo podemos llegar a ser un país desarrollado, mejorar nuestro comercio, establecer vínculos internacionales de largo plazo, etc.. me he dado cuenta que en general, se nos habla de "cómo hacer la torta", cuáles son sus ingredientes, cuánto de harina, cuánto de azúcar, cuánto rato al horno pero el verdadero problema no es atacado en su profundidad.


El asunto de la receta puede ser por todos conocida, el caso de Nueva Zelandia, Escocia, podríamos, eventualmente poder repetir esos experimientos adaptado a nuestra idiosincracia, por supuesto pero el tema no va por ahí. El tema no va por conocer las redes de mercado, el trabajo con la Banca, los conocimientos en comercio exterior, es más, las experiencias en creación de empresas, las derrotas, el entusiasmo, el positivismo, las formas de asociatividad, por decir algunas.

El problema chileno (y quizás el de otros!) es que no-somos-asociativos.
No creemos en el otro, no queremos compartir nuestro conocimiento, no queremos compartir nuestro éxito ni nuestra riqueza.
la verdad, es que la experiencia nos ha dado la razón y...cuesta cambiar.
Chile que es un país precioso por su belleza, sus riquezas naturales, su orden, es también un país donde hay mucho aprovechamiento de algunos. Mucho egoísmo y egocentrismo, tal es el caso de nuestra política que ha dado muestras de su derrota en las urnas hace muy poco. Hay mucha cultura de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, queremos todo para nosotros y no me importa si el projimo toca algo. Mala cueva, decimos por acá.
Qué divertido reírse del otro, pero no se vengan a reír de mi!

Estos males que perjudican nuestro camino al éxito, están muy interiorizados, alquilosados, pasados de generación en generación, a través de nuestra cultura popular, educación en casa y escuelas, universidades y trabajo.

No voy a perder el tiempo en el por qué, quiénes sino cómo podemos salir de esto.

Yo he planteado que esta debe ser una política de Estado. Para lograr éxito, debiera haber voluntad y disposición a elaborar políticas públicas que decidan armar un cambio generacional y produzcan un mejoramiento de nuestra economía social.

Ese es el problema, nuestros políticos han armado mucho ruido y nueces güeras en función de este objetivo, por qué?, porque a mi entender, estas políticas son de largo plazo, y ningún gobierno ha pensado en el largo plazo. Son procesos lentos, de mucha inversión de capital y poco resultado inmediato. Se requiere de mucha voluntad, de programas sociales masivos y extensivos a todo el aparataje estatal con todos sus departamentos de desarrollo: Indap, Corfo, BancoEstado, Fosis, Sernatur, Conaf, ProChile, y etc.

Cuál es el objetivo?
Dichos programas deben atacar la intrincada maraña de costumbres, cultura popular, idiosincracia negativa de verguenza, burla, desconfianza, egoísmo mal entendido, egocentrismos e inseguridades. En estos programas se deberá contar con psicólogos, sociólogos, economistas, antropólogos, ingenieros, médicos, coaches, publicistas, comunicadores y otros especialistas que induzcan a provocar el gran cambio de mentalidad que Chile necesita para enfrentar los desafíos del bicentenario.

El problema está en nuestros propios prejuicios, en nuestras propias mentes y debieran ser erradicados para lograr la anhelada asociatividad que tanto se habla.

Cuando tengamos solucionado ese principal problema interno, podremos creer, podremos respetar, oir al prójimo, entender nuestras falencias, mejorar nuestros errores, volvernos a levantar con optimismo de nuestras caídas y aprender día a día para ser mejores y más felices en lo que emprendamos.

Cuando estemos en ese plan podremos recién empezar a organizarnos, a comunicarnos mejor, a crear asociativismo que nos de poder de negociación, poder de compra, de venta y lograr acuerdos con las autoridades en nuestro propio beneficio, en el beneficio grupal.

Sólo así, podremos surgir, llegar a ser potencia alimentaria como se pregona con mucha pompa pero sin mucha sustancia. Ser respetados y admirados como líderes en Vino, frutas y productos gourmet orgánicos.

Es un camino pedregoso, complicado y muy dificil pero la vida humana es un camino.
Esta tierra es fértil y prometedora. Tierra buena, donde la semilla cae, crece se desarrolla y da buen fruto. Hay que saber esperarlos.



1 comentario:

  1. Concuerdo con el autor de esta nota sobre la importancia de la asociatividad y lo imprescindible que es para el desarrollo. Hace aproximadamente dos años que en el sitio www.cepechile.blogspot.com se planteó lo mismo, como una manera de hacer progresar a Maule Sur.

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